La primavera ha llegado con más polen que nunca y, aunque mucha gente lo desconozca, los dientes también se pueden resentir. Esta época del año es la más difícil para todas las personas que sufren alergias. Los síntomas más comunes son las mucosidades derivadas, precisamente, de la lucha del sistema inmunológico contra el polvo polinizado. Esto se traduce en la presión de los senos maxilares sobre los dientes molares superiores, empujando sus raíces, lo que puede provocar dolor y sensibilidad extrema al frío o al calor.
Pero eso no es todo. Las alergias primaverales también tienen repercusión en la sequedad bucal. Básicamente, por dos motivos. El primero: por el hecho de tener que respirar por la boca cuando se tiene la nariz tapada. Y el segundo: muchos medicamentos suelen provocar este fenómeno molesto como efecto secundario. Sea por el motivo que sea, si no se corrige a tiempo, la consecuencia inmediata es el desarrollo de caries o de mal aliento.
Finalmente, el tercer gran factor que puede verse alterado a raíz de un exceso de polen durante la primaverales el dolor en la zona más interior de la boca. El goteo nasal producido por las alergias puede llegar a irritar la garganta hasta causar dolor.
¿Y qué podemos hacer para evitar esto? Porque la primavera vuelve inexorablemente cada año. De soluciones mágicas no acostumbra a haber, pero siempre hay pequeños hábitos cotidianos que pueden facilitar la convivencia:
– Estar bien hidratado para expulsar todo el exceso de mocos
– Realizar gárgaras con agua tibia salada para eliminar los mocos de los senos
– Lavarse los dientes, como mínimo, dos veces al día y sumar el uso del hilo dental.
Y como siempre, ante cualquier duda, dirigirse a la clínica de confianza. En Balust Odontòlegs nos tienes a tu disposición.
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