La salud bucodental no entiende de fechas. Por eso es tan importante mantener los buenos hábitos de higiene durante los períodos de vacaciones. La rotura de la rutina diaria puede suponer, también, el abandono temporal de los cepillados después de cada comida o, en el mejor de los casos, la aplicación de un cepillado sin las mismas buenas condiciones. Hacer el desayuno, el aperitivo, el almuerzo, la merienda o la cena fuera de casa no ayudan. Y menos las comidas contundentes que se suelen hacer en este tipo de casos, cuando se reúnen varias personas alrededor de una mesa con ganas de pasarlo bien y disfrutar de la buena comida.
¿Qué podemos hacer para romper esta dinámica? ¿Para mantener una higiene cuidadosa cuando estamos unos días fuera de casa? De soluciones mágicas no hay. La primera recomendación es la planificación. Preparar un buen neceser con el cepillo, el dentífrico y otros productos habituales (hilo dental, enjuague…). En caso de que esto no pueda ser posible (por ejemplo, porque viaja en avión y no te dejan pasar estos recipientes al control del aeropuerto), hay que tener previsto donde comprar otros justo al llegar al destino.
Pero las vacaciones son vacaciones. Y, a veces, el ajetreo y la organización familiar de estos días pueden generar más de un contratiempo. Si es así, la opción alternativa pasa por aquellos alimentos naturales que pueden complementar excepcionalmente una higiene bucal limitada: la manzana, la zanahoria o el apio. Sin olvidar los chicles sin azúcar, que también ayudan a estimular la secreción de saliva y, por tanto, facilitan una desinfección parcial de los dientes entre comidas.
Los excesos de las vacaciones se pueden corregir con voluntad y planificación. Sin embargo, si tienes cualquier duda, nunca está de más acercarse hasta el dentista para hacerse una limpieza bucal. Ya te lo decíamos al principio: la salud bucodental es para todo el año.
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