Vegetación florida, más horas de sol y temperaturas más agradables. La llegada de la primavera es un clamor para disfrutar de los días más intensamente. Lo que no todos saben es que las alergias tan propias de esta época del año también pueden tener consecuencias negativas para nuestra salud bucodental.
El dolor sinusal es una de las señales de alerta más frecuentes cuando el sistema inmunológico debe combatir los efectos del polen o del polvo primaveral. Esto ocurre porque los espacios vacíos de la cabeza se llenan de mucosidades. Y ya se sabe que, cuando los úteros maxilares hacen presión sobre la boca, también pueden acabar empujando las raíces de los molares superiores y, por tanto, incrementar su sensibilidad. Muy a menudo, esto acaba provocando dolores en los dientes cuando se ingieren alimentos especialmente fríos o calientes y también en el momento de despertarse tras pasarse varias hora durmiendo.
En estos casos, el mejor remedio suele ser el uso de antihistamínicos. Si el dolor se reduce, confirmará que era causado por la alergia. En cambio, si las molestias se mantienen a pesar de tomar medicación, podría ser un caso de caries y, por tanto, mejor que te dirijas a un dentista para que te haga una revisión.
Las alergias también pueden producir sequedad en la boca. Por un lado, como consecuencia de respirar por la boca cuando se tiene la nariz tapada. Por otro, como efecto secundario del consumo de antihistamínicos. Tener la boca seca no sólo es incómodo, sino que también incrementa la posibilidad de desarrollar caries, gingivitis y mal aliento. Hay que tener presente que una de las funciones principales de la saliva es eliminar las bacterias nocivas para el organismo, esto que una boca seca se convierte automáticamente en el lugar idóneo para que los virus se multipliquen.
Finalmente, las alergias primaverales también pueden ocasionar dolor en la garganta. La irritación de la faringe producida por goteo pos nasal, causa una sensación generalizada de malestar en la boca y también puede generar mal aliento.
Ante estos contratiempos, los tres consejos básicos son:
– Mantenerse hidratado. Beber mucho agua para mantener el cuerpo hidratado, ya que contrarresta los efectos de la boca seca, y además, ayuda a eliminar los excesos de mocos.
– Hacer gárgaras con agua salad. La sal contribuye a eliminar los mocos y elimina las molestias. Además también reduce los efectos del mal aliento y la placa bacteriana.
– Intensificar la higiene dental. El cepillado y el uso del hilo dental son especialmente importantes cuando se tiene la boca seca. Hacer dos limpiezas al día es el punto de partida recomendado.
Como siempre, ante cualquier duda, la mejor opción es visitar su dentista de confianza. En Balust Odontòlegs, ya saben, estamos siempre a su disposición.
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