Las enfermedades periodontales más prevalentes son crónicas por definición. Porque el desarrollo de la placa dental debe controlarse constantemente. Porque existen factores de riesgo que persisten en el tiempo o que son difíciles de controlar. Porque, por todo lo anterior, la enfermedad periodontal puede agravarse o recurrir. Porque todavía desconocemos muchas cosas. Y porque es muy eficaz.
Si se tiene en cuenta que el biofilm causal comienza a formarse al acabar el tratamiento, que los patógenos periodontales pueden regresar a niveles basales entre las 9 y 11 semanas tras concluir la terapia y que el origen de las bacterias puede provenir tanto de la transmisión intraoral a partir de otros nichos como de fuentes externas, el caldo de cultivo está preparado. Hoy se sabe que en la mayoría de los pacientes se puede prevenir o mantener la reinfección en una incidencia mínima, simplemente diseñando una estrategia de mantenimiento nada más concluir la terapia, y regulándola en el tiempo de forma estricta.
Existen un buen número de estudios retrospectivos, realizados tanto en universidades, hospitales o en la práctica privada especializada, que demuestran la importancia del mantenimiento.
¿Con qué frecuencia se cita al paciente?
Hay dos aspectos que deben valorarse a la hora de establecer las pautas del mantenimiento periodontal, y por tanto su frecuencia.
1. Por un lado, hay que valorar la situación periodontal del enfermo. De forma orientativa, se pueden organizar tres grupos de pacientes en función de la periodicidad de sus citas.
2. Por otro lado, hay que valorar una serie de factores que pueden modificar el protocolo y el éxito del mantenimiento periodontal, pudiéndose incluir los siguientes:
Factores locales:
– Tipo de enfermedad.
– Dientes perdidos por enfermedad periodontal.
– Higiene oral del paciente.
– Anatomía dentaria y factores retentivos de placa.
– Lesiones de furcación.
– Bolsas periodontales residuales ≥ 5 mm.
– Defectos óseos verticales.
– Sangrado al sondaje.
– Supuración.
– Exposición radicular.
Factores generales:
– Tabaco.
– Diabetes.
– Enfermedad cardiovascular.
– Embarazo.
– Infección VIH.
– Osteoporosis.
– Genética.
– Estrés.
– Nivel socioeconómico.
Como consecuencia de la suma de factores que pueden contribuir al desarrollo o progresión de la enfermedad periodontal, hoy en día no es posible recomendar un programa estandarizado de mantenimiento. Sin embargo, categorizar a los pacientes en función de su patología y perfiles de riesgo puede ser una estrategia útil para pautar unos periodos y procedimientos de mantenimiento periodontal adecuados. Este perfil de riesgo debe realizarse después de concluir el tratamiento activo y ser actualizado continuamente. Por tanto, siempre es necesario realizar una estrategia individualizada de mantenimiento periodontal.
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