Todo el mundo los ha tenido. Todo el mundo los ha perdido. Y siempre generan dudas. Los dientes de leche, también llamados dientes temporales, son aquellos que están por un tiempo limitado en la boca hasta que son reemplazadas por los dientes permanentes. En total hay veinte: diez en la arcada maxilar (superior) y diez más en la mandibular (inferior). En cada arcada dentaria se sitúan cuatro dientes incisivos, dos colmillos y cuatro molares.
Aunque no hay ninguna fecha exacta, los dientes de leche comienzan a caer alrededor de los seis años y pueden estar en la boca hasta las doce. El recambio es un proceso fisiológico que suele empezar por los incisivos inferiores y que se debe a la desaparición de las raíces de los dientes, que son reabsorbidas. Por lo tanto, es como si los dientes perdieran su apoyo y acabaran cayendo.
Uno de los falsos mitos más repetidos es que, si los dientes de leche quedan mal colocados, el futuro diente definitivo también nacerá mal puesto. Nada más lejos de la realidad. Por ello, a pesar de que los dientes de leche se empiecen a mover, hay que continuar utilizándolos de manera normal.
Las rutinas de higiene bucal después de la caída de un diente de leche son exactamente las mismas. Aunque se origine un sangrado, éste no requiere ninguna medida extraordinaria, ya que el derrame también acabará de manera espontánea.
Otra cosa es que un diente pueda caer antes de tiempo debido a un traumatismo. En este caso, tal vez sí que se perderá una parte de su raíz y, por tanto, lo mejor será acudir a un dentista infantil como los que tenemos en Balust. En función del tipo de lesión, el profesional ya indicará a los padres y al afectado qué medidas se deberán tomar para proteger el diente y, de este modo, evitar la posibilidad de infección y afectación del nervio dental.
También hay que visitar una clínica dental siempre que el niño presente una caries en el diente de leche, ya que ésta puede avanzar con más rapidez y llegar antes al nervio porque los dientes son más pequeñas y tienen unas capas de esmalte y dentina más finas. Si esta infección no se trata de manera adecuada, podría ocasionar dolor, la aparición de flemones e incluso, afectar el diente definitivo.
Si alguno de estos ejemplos es su caso, ya sabéis donde encontrarnos. Como siempre, estamos a tu disposición.
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